Ella no lo sabe pero la veo desde acá, cierro los ojos e imagino que estamos en el mismo lugar, en otro tiempo, con otras personas y que cuando nos vemos a los ojos volvemos a tener 19 años y nadie ha llorado por el otro, aún no nos despedimos en la puerta y tiramos la llave por la ventana.
Cada que pienso en ella mi mente es un remolino de yerbabuena que acaba con los problemas actuales, ella llega en una canción de Beck y se va cuando termina, dejando en mis oídos notas y susurros, mensajes indescifrables para los demás pero no para mi, el que sabe escuchar, el que sabe leer.
Este tiempo no te merece, tomaste la mejor decisión de todas. La de volar.
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