miércoles, 24 de febrero de 2010

Promesas

El lunes cumplí una promesa, no es que nunca lo haga, simple y sencillamente algunas veces carezco de la fortuna para poder realizarlas todas pero me esfuerzo, creanme que lo se.

Ella, a quien nombraremos "Daniela", preparaba sus maletas para irse a Paris, yo, a quien llamaremos "Elihú", preparaba una campaña que tenía que vender un día después.

Platicando por msn me dijo que que haría...le dije que como todos los lunes iría a hacer el ridículo en la cancha, jugando, siendo feliz, no como cuando estaba con ella pero algo cercano. Me deseó suerte en la cancha, soy propenso a las lesiones debido a mi fuerte y atrabancada manera de jugar, lo cual es un reflejo también de como llevo mi vida, una serie de lesiones variadas, de accidentes, de fueras de lugar.

Le prometí un gol. El gol más sin valor en la historia de los goles, no iba a ganar nada con él pero quería meterlo por ella. Debido a las posiciones en las cuales me he colocado a últimas fechas como lo son la portería o la defensa, limitaba mis posibilidades de anotar. Jugué todo el partido, un tiro al poste y un remate que sacó un defensa casi de la línea. Pensé que no iba a anotar, pero dije...dí dos pases a gol, quizá con eso lo compense. Le podría mentir, decirle que había anotado y que había pensado en ella. Pero no soy dado a las mentiras con ella. No más.

Escapada de un extremo derecho. Dejo la marca que le hacía a un delantero y me sumo al ataque, él me tira la bola, eludo a un contrario, suelto la pelota filtrada a él quien abre aún más la bola al lateral que se había agregado al ataque, quedaba poco para el final, el lateral pierde la pelota...comienzo a regresar, mi contención recupera la bola a base de empuje y me filtra el balón, voy contra el portero. Tan solo. Como a veces me siento cuando pienso que ella está lejos o que no existe más. Sale el portero, recorto hacia adentro, se come la finta y empujo la pelota al fondo.

Se acercan y me felicitan. Levanto la vista a la noche. Ella en un tren a Paris, yo en una cancha dedicandole un gol. Cumpliendo una promesa. Espero algún día cumplirle todas las demás que le he prometido.




lunes, 15 de febrero de 2010

vaya

Complicado, siempre es complicado toparte a alguien que en verdad concuerde contigo en todo, que sea perfecta, que tenga las cualidades que uno anhela...y ella no las tiene ni lo es, pero por eso mismo la quiero tanto.

Porque en su totalidad de imperfecciones, es perfecta y me hace sonreír. Porque el tiempo que paso con ella algunas veces me es insuficiente y quisiera que se prolongara aún más y que pudieramos estar tirados en el suelo hablando de todo lo que no tiene importancia pero a la vez es trascendental en nuestra vida de jovenes adultos.

Ella me cuestiona mis ganas de irme sin saber que su presencia misma es para mí, una razón para cuestionarme la partida, porque volver a toparme a alguien así, es improbable y sólo me ha pasado unas 34 veces en la vida. 

Ella es el 90 % de mis mensajes en el cel, de mis llamadas, de mis contadas sonrisas, de mis enojos, de mis palabras, de ese cariño que ultimamente anda tan escaso, ella se ha vuelto un 90 % y se siente raro porque es un cariño genuino y descomunal, al menos de mi parte, el que siento por ella y que se desborda como una capa de paz sobre los tejados de mis días más grises. Ella ha sido el único regalo de San Valentín que he tenido en años. Y la quiero no sólo por eso, sino por lo demás, lo que no le digo, lo que no me dice, pero que se siente, cálido, sincero, como una sonrisa, como su sonrisa.

Un beso muzz.


martes, 9 de febrero de 2010

así de fácil

Poco a poco te desprendo de mi. Como cuando pelas una mandarina y le vas quitando la cáscara con los dedos, sin las uñas, sólo a presión. Te me vas y al irte dejas en el aire un minúsculo rocío perfumado de besos y en mis manos, restos de lo que tuviste aquí.

Y sonrío. Y mezclo ya en mi cabeza situaciones que vivimos con las que no y todo es una gran masa de plastilina de colores-no tóxica- que forma al amasarse, un corazón multicolor que al combinarse aún más, se vuelve pardo y sin chiste. 

Corro de ti. La frase en sí suena mal y no se si es correcta, creo debería ser "huyo de ti", pero me gusta como suena "corro de ti", tiene un poco de revolución, de dignidad, de calor y dolor que dejan los pasos del que corre de ti. Corro a darle la vuelta al mundo y cuando vuelva a pasar por donde estés, agacharé la cabeza y seguiré de largo, porque "correr de ti" es quizá, el paso que uno necesita para avanzar. Para correr.

lunes, 8 de febrero de 2010

Desfasado

El tiempo es relativo según el lugar en el que estás. Esto me queda claro cuando te leo llegando de fiesta y yo aún estoy en la oficina y borracha me dices que me quieres, o cuando es a la inversa y te maldigo lleno de alcohol y madrugada en las manos.

Vuelo y salgo de Valparaíso sin haberlo conocido y cierro los ojos y los abro y tras el vidrio del vuelo 622 de LAN, el mar me espera. Y por un segundo deseo que caigamos todos y nos volvamos parte de las estadisticas de vuelos que desmienten que mueren más personas por choques que por avionazos. Pero la esperanza en los ojos de la señora que viaja conmigo y que va con toda la ilusion de 60 años queriendo conocer Guadalajara porque su hijo se casa con una mexicana, me alejan de mis pensamientos de tragedia y me persigno en la mente y quiero llegar bien a México porque esa doña chilena es igual a mi madre, pero mi madre es más hermosa claro.

Y volamos sobre Acapulco. Y atrás queda Montevideo y sus hermosas mujeres, y su comida, y sus momentos, y los sueños que cumplo y que apenas abro como regalos en Navidad.

Viajando, amo viajar. Amo los aeropuertos. Amo ver mi eterna maleta en la banda. Amo el miedo de perder mi pasaporte. Amo enamorarme del reflejo del sol en las alas del avión.

Quiero viajar de nuevo. Viajo de nuevo.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Viajando

Son las 8:25 de la mañana tiempo de México  y las 11:25 de la mañana tiempo de Chile y me entero vía internet de noticias que me conciernen y cambian todo a la distancia.

Y ambas me dan gusto. Por un lado, el nacimiento del hijo de un amigo, un hijo esperado, deseado y sumamente platicado con uno de esos partos que parece que nunca van a llegar pero de repente, ya está aquí y todo son sonrisas. Mientras me enteraba el acento chileno de la chica del mostrador de LAN, me arrullaba como alguna vez otro acento chileno lo hizo.

La otra, una chica que quise, que quise mucho, anuncia vía medios electrónicos que está en una relación. Me da mucho gusto por ella y mucho gusto por mí también, porque a pesar de que ella era lo que yo creía que necesitaba  no lo era, ni yo era lo que ella creía que yo era, ahora sólo soy y ella sólo es. Y la quiero a la distancia mientras el sonido de la cafetera y  de un tipo chileno haciendo negocios por teléfono, me despiertan como un trueno en un día soleado.

Siempre lo he dicho, no hay como viajar. Los hijos de la familia Torres son viajeros y viajamos en nombre de nuestros padres que no lo quisieron o no pudieron hacer y lo hacemos con gusto y disfrutamos dos veces todo, por nosotros, por ellos. Hoy que estoy en Chile me arrepiento de no tener el tiempo de ver a los amigos que tenemos acá, a quienes quiero y saben que siempre podrán contar conmigo.

Pero lo mejor del viaje casi siempre es el regreso, a casa, a todos, a ella.

Para ella que me lee en otro continente, un beso.
Para ella que me lee en casa, un te quiero.
Para ella que no me lee, te extraño
Para ella que me lee y no me dice que lo hace, no me lo digas.
Para ella que lee este blog por accidente, gracias.

Desde la sala Mistral de LAN, porque en LAN las salas se llaman como los escritores. 

Me voy, me pierdo en los acentos y en estos pasillos que espero pronto, me vuelvan a ver pasar. Espero pronto.