martes, 30 de noviembre de 2010

Eliza

Desde la primera vez que hablé con ella a el día de hoy, más o menos a las 6 de la tarde, nos han pasado tantas cosas juntos que me faltaría tiempo para decirlo todo.

Ella llegó y preguntó por mi en el auditorio de la preparatoria #8 en donde yo trabajaba ayudando en las proyecciones y perdiendo el tiempo, ella llegó y me dijo que teníamos una persona en común.

Ella tiene la piel muy blanca y el cabello muy negro, siempre me ha parecido muy guapa aunque para algunos no lo es, tiene una de sus orejas en forma de duendecillo y de esa fecha a acá, ha cambiado de color de cabello cerca de 7 veces.

Tenía un piercing en la lengua ese día, era un dado. Traía una blusa de Oasis y me dijo que no quería estar en clase y que si podía fumarse un cigarro conmigo. Lo compartimos. Quedamos de vernos al día siguiente.
La rutina se repitió dos meses seguidos. Al tercero ella estaba suspendida de clases y no volvimos a vernos en la preparatoria.

Ahora nos veíamos afuera. Pasaba por ella en mi VW blanco y nos ibamos al cine o a cenar. Su madre siempre me tuvo un cariño muy grande, ella tiene un hermano mellizo que nunca he visto en vivo y un par de sobrinas hermosas y destructoras compulsivas de juguetes. La besé una vez en una tienda de mascotas. Fue rápido y estúpido. Me dijo que eramos amigos, le dije que me perdonara y no volvió a pasar.

Seguimos siendo amigos muchos años más. Nos hacíamos compañía y platicabamos abrazados afuera de los cines, cenabamos y nos contabamos cosas de quienes nos gustaban y quienes nos habían roto el corazón. Teníamos grandes conversaciones teléfonicas, su teléfono es de los pocos que me sé de memoria. Ella odió a Karla, yo a Roberto. Nuestros exqueveres.

Ella fue a verme a Monclova cuando yo vivía allá y por idiotas nunca nos pudimos ver, las telecomunicaciones nos jugaron una mala pasada y cuando la ubiqué, ella estaba en un bus a Real de Catorce y yo estaba en la central fumando desesperado y triste.

Nos dolió mi partida a México. Nos dolió la distancia de la misma forma que amamos mi regreso. Nos emborrachamos una noche, sólo una noche de confesiones y pactos.
Dos semanas después una llamada suya rompió mi noche y me obligó a ir a un cajero a retirar 4,000 pesos para pagar la mordida del choque en el que ella había destrozado su auto. Al llegar a Constitución y Revolución, ella tenía sangre en la cabeza y un oficial me pedía 8 mil pesos. Le dí 4 y quedamos bien. La llevé a los separos y salimos de ahí abrazados y con el imbécil de su amigo hablando de lo mierda que eran los policías, yo le dije al tipo que el imbécil era él por dejar que ella manejara, no lo llevé a su casa, a ella sí.

La última vez que nos vimos le conté de mi actual novia, aún no andaba con ella y ella me dijo que se escuchaba buena persona, le dije que sí y quedamos de vernos la siguiente semana. No ha llegado esa siguiente semana.

La quiero mucho, no me da miedo que mi novia lea esto, quiero a Eliza con todo el cariño de tantos años juntos/separados. Es mi recuerdo de Eliza, es mi cariño por los recuerdos, es mi amor por mi en las distintas etapas de mi vida, es Eliza y soy yo.

Hoy me avisa que está embarazada de su novio, un buen tipo y sonrío con el corazón y la memoria. Felicidades chavita. Te quiero mucho.

viernes, 26 de noviembre de 2010

En el bosque no se escucha.

Van a tirar los cuerpos allá atrás, me dijo la niña mientras señalaba el camino rumbo a la montaña, le dí las gracias y avancé a pie por el camino empedrado.

¿Qué carajos hace un tipo como yo metido en cosas que no debe? no sé, no quería saber y salí de casa la noche en que leí en las noticias el descubrimiento de la fosa clandestina más grande de este país. La noticia me rompió el corazón, esta vez había niños entre las víctimas y no podía quedarme impasible ante lo que escuché en la televisión, tomé algo de dinero, una libreta y me fui en el primer autobus rumbo a la Sierra de Durango.

Al llegar al pueblo nadie me quería llevar, sólo aceptó un señor en un vochito alterado para montaña y me costó 300 pesos. Lo quedé de ver en la plaza a las 6 de la tarde. Llegué a la zona de la fosa cerca de las 10 de la noche.

A la mañana siguiente subí solo el camino empedrado, al llegar arriba encontré a representantes de gobierno, de los medios de comunicación y a agentes policiacos, traían a un tipo lleno de sangre, consiente pero con la cara deformada a cachazos, el tipo señalaba un lugar, estaba esposado pero con la cabeza guiaba a sus captores. Se me acercó un policía y me preguntó que que hacía ahí, le dije que nada, que no era de ningún medio, ni siquiera narco. Me pidió una identificación, le pasé mi licencia.

Entonces viene desde monterrey a qué chingados? me dijo, le dije que venía a ver con mis propios ojos como se nos cayó el país, me dijo que mejor fuera que me fuera.

Me senté en la orilla de la fosa, hasta donde me lo permitieron los agentes. Olía a cloro y tierra mojada, cerré los ojos y me acordé de la vez que había ido a un pueblo cercano, fui de misiones de la iglesia y recuerdo que en ese viaje aprendía no confiar en el Dios para el que me dieron un manual y descubrí al Dios de los niños, de los árboles, del café y de la fogata, ese Dios también se nos murió.
La sierra, el bosque no era como yo lo recordaba. El lodo con sangre sabe a fierro y los gusanos se salen de sus escondites buscando restos de carne podrida, ellos están en su festín particular y a nosotros nos come el odio y las dentelladas de los perros que somos.

Me fui de ahí con un dolor en el pecho y un olor en la nariz que persiste.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

no lo entenderías

Algunas veces, desearía que todo no fuera así.

Encender el coche y largarme, perderme en el bosque o donde sea, conducir hasta que llegue el sol y hasta donde alcance el dinero que traiga, en las noches que sueño eso me despierto de repente con mucha sed y bajo la luz del congelador me da una pena grandísima, se me congelan los sueños con hidrógeno.

Soy tan predecible, tengo una crisis de 28 años, una ridícula crisis de 28 años que no se me quitan y que no sé que hacer con ellos, escucho y escucho una canción que me habla de despertares de terciopelo y yo no he vivido eso, hoy me despertó un pinche pájaro y le grité por la ventana, reté a unos chingazos a un triste pájaro, un triste yo.
Esto de madurar no es como me lo dijeron, no sé si me encanta sólo sé que pasa, que se me atoran en la garganta los años como gritos de impotencia y por eso se me pone el cabello blanco y de puros puntos revisé que el Grecian 2000 cuesta 34.60 en Soriana.

Necesito algo, un club de la pelea o algo, no sé. Una herida. Un golpe de hielo.
Despertar con culpa.

Necesito desesperadamente lo que nunca se me ocurrió que extrañaría.

Me necesito derrotado para levantarme de nuevo.




martes, 23 de noviembre de 2010

Las equis y las yes

¿qué sucede cuando las cosas dejan de estar en donde deberían de estar?

Anoche mismo, llegué a casa y dejé las llaves encima de la mesa de la sala y cuando encendí la luz, había un pequeño agujero enmedio de la sala.

Llamé a la casera y me dijo que de vez en cuando se abre un portal a otra dimensión, que ya están avisadas las autoridades y que sólo tenga cuidado con pisar ahí porque una vez un chico cayó y no volvió, aparte dejó una deuda de teléfono impresionante. Le dije que debía de haberme dicho, dijo que lo había olvidado pero que si veía al vecino del departamento de al lado le avisara que su recamara está sobre un mini cementerio indio. Colgué y comencé a pensar en como sobrellevar ese portal a otra dimensión en la sala de mi departamento en la colonia Vista Hermosa.

El primer día no pasó nada, el segundo había perdido ya las llaves de mi coche, el portal se las había tragado, qizá ahora fueran objetos de valor incalculado en una dimensión paralela o un meteorito que destuye una villa de enanos no lo sé, mi perro cayó al tercer día y debo de ser sincero al decirte que no lo extraño, creo que es más feliz lejos de mi y yo de él, quizá se lanzó como una especie de suicidio, lo último que escuché de él fue un ladrido que sonaba a "adiós vas y chingas a tu madreeeeee".

El problema fue cuando mi, ahora exnovia, fue a verme. Veníamos algo borrachos de una fiesta y comenzamos a besarnos en la entrada del edificio, ella me metía mano y yo a ella y cuando ibamos a entrar al depa ella no tenía blusa y yo estaba sin zapatos ya, debí encender la luz.
Ella cayó en el portal y esa noche me quedé solísimo, que feo ha de ser llegar a otra dimensión sin blusa y con el maquillaje corrido.

Mañana espero lleguen las personas del municipio a arreglar este caos. No pienso tener novia hasta que me aseguren que ese agujero del demonio no vuelva a causar estragos.



martes, 16 de noviembre de 2010

La geografía personal

El ser humano, las personas pues, son en si mismos lugares nuevos, son planetas en los que todos los otros humanos giran en torno a ellos, cada persona tiene sus valles, sus recovecos, sus tratados, su himno, su religión, su cielo y su infierno.

El amor es un artículo intercambiable y las relaciones con otra persona son acuerdos migratorios, los vicios son la delincuencia personal y los sueños, estados del cuerpo ocupados por el limbo.

No existe la reencarnación. Sería tomada como una especia de "dictadura" y eso está penado.

El sexo sin consentimiento es una invasión al territorio nacional-personal, el sexo consentido es una anexación al territorio de una forma temporal.

La muerte es el fin del mundo.

viernes, 12 de noviembre de 2010

El que no es

Dejo en el closet el traje que no me gusta usar porque no uso trajes.

Les tengo un leve resentimiento, me imagino que el mismo, heredado de mi padre, hacia las cosas que olieran a "dinero", mi padre es un trabajador, hombre de rancho que odia con todo su corazón la injusticia, la corrupción, las mentiras y la formalidad de los trajes.

Prueba de ello es que cuando le pedí que me ayudara a anudarme la corbata llamó a un vecino y le encargó la tarea, mi hermano el menor es más propenso a usar ropa "formal" y aprendió a anudarse la corbata desde muy chico. Yo no. No lo haré. Le debo eso a mi padre al menos. Si aún no le he dado un nieto para que lo eche a perder le daré al menos espacio en mí para él, para perpetuarse en vida en las cosas pequeñas, en el fútbol que me apasiona, en escribir poemas, en cantar y silbar por las calles, en no aprender a anudarme la corbata.

Soy él más jóven. Soy mi padre y por eso enamoro a las mujeres que él no pudo porque él es de los hombres de antes que sólo se enamoraron de una mujer y con ella están para siempre pero yo no, por eso lo hago, por que sé que cuando me ve llegar a casa desvelado, oliendo a alcohol y con marcas de rasguños de alguna mujer, él es feliz y le gana un poco a la vida.

Soy como él a medias porque mi padre, ese señor de ya casi 60 años, él sí sabe bailar.






martes, 9 de noviembre de 2010

La marea de la calle 89

Me tocó estar ahí justo en el momento en el que la primera bala tocó la cabeza del muchacho, veníamos bajando mi hermana y yo por el corredor, en donde está la tiendita, cuando se escuchó seco el tiro, un grito y luego la gente corría por el mercado mientras comenzaban los demás disparos.

Tomé a mi hermana del brazo y nos metimos a la casa de una señora que nos ayudó muy a fuerzas, no quería abrir la puerta pero cuando vió a mi hermana embarazada nos dejó pasar, se escuchaban muchos balazos y luego un estallido, la señora, del susto se cayó y los cristales de las ventanas se rompieron todos, mi hermana estaba agachada como podía, ya tiene casi 9 meses de embarazo y yo la cubría con mi cuerpo.

Luego el silencio.

Salí de la casa a ver que había pasado, había cuerpos tirados y a lo lejos se veía a la patrulla de exterminio de gobierno, los negros, que seguían avanzando por la calle y la gente se escondía como mi hermana y como yo.

Entré a decirle que se quedara ahí, le di a la señora 200 pesos para que me cuidara a mi hermana y corrí dos calles abajo a casa de mi primo Mario, ya no había casa. El estruendo fue ahí, lo supuse, no sé porqué pero sabía que había sido ahí, vi un torso, no quise pensar que fuera de Mario y no lo toqué, no se veía otro cuerpo. Corrí a donde estaba mi hermana y de ahí marcamos a casa de mi madre para decir que estabamos bien pero que no fueran a casa de Mario y que no se salieran porque "los negros"andaban cerca. Mi madre entendió y nos echó la bendición.
Esa noche nos quedamos en casa de la señora que no pudo dormir porque su hijo no llegó.

A la mañana siguiente ya no había cuerpos en la calle.

Caminamos a casa.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

El Mal.

Hay preguntas que detonan tantas cosas, son como pequeños misiles que llegan y activan partes del cerebro que creíamos dormidas, ¿sabes cuáles?

¿Eres feliz? Esa es la más cabrona de todas.

No sé si soy feliz, creo que soy feliz le dije al psicólogo que me entrevistaba-curaba-estudiaba-cobraba y después le dije que no confiaba en él porque qué no se suponía que los psicólogos no preguntaban cosas así?

Salí y no le pagué.

El neón de los anuncios de los bares siempre me ha parecido el mejor invento del mundo. Ella también me parece el mejor invento del mundo.

Entro y pido una cerveza y los que están jugando billar no notan que soy un infeliz, que no soy feliz, que acabo de salir del psicólogo cuestionado, arrinconado, muerto de miedo.

Volví a soñar que ella me decía algo y no podía recordar que era, ni siquiera la recordaba a ella. Todo en neón, palabras en neón, un rastro de su voz subiendo por mi oreja como un camino de hormigas, las palabras entran y adentro de mi oído se vuelven nada. Me dejan ciego.

Marco un teléfono. Ella no está. Lo sé. Ya no vive aquí. Ya nadie vive ahí, esa casa la dinamité hace tanto. Lo marco para no volverme pinche loco. Marco el número...redial. No hay tono. No hay nada.

Salgo del bar y siento que mi corazón está empacado al vacío. No puedo respirar.



martes, 2 de noviembre de 2010

Lanvin

Restos de mañanas. De colillas de cigarros. De café con leche ya congelado en la ventana.

http://www.youtube.com/watch?v=IrnB7c8Dvow

Escuchando a The Knife saliendo de clases, camino a casa. Pienso en todo. En los colores de los vidrios más altos del edificio en donde nunca trabajaré. Pienso en que las botellas de agua son terriblemente aburridas y prefiero mil veces más esta versión que la de José González y eso que José González es un chingón.

Desapareces.

Los millones de minutos que se tomó la vida para ponernos aquí ya no son nada.

La canción se acaba ahora.