jueves, 27 de octubre de 2011

Salero

-Creo que nos vimos el año pasado en casa de Mónica no?
-No creo, se me hace que fue en la casa de Mariel, después de la fiesta de Ale.
-No sé, pero me gustaste, cuando entraste te vi y dije, "esa morra tiene mucha onda", luego ya vi que ibas con alguien y mejor me puse a beber.
-Que idiota
-Yo?
-No, el tipo con el que iba, un verdadero idiota.
-Te llamo mañana?
-Bueno, pero temprano, tengo algo que hacer en la noche.


Siempre pensé que el final más triste de una película era la de "Y tú mamá también" no el final, la frase de "y nunca se volvieron a ver"

Es tan lapidaria, tan honesta, tan hija de puta que cala, cala cuando la escuchas, cala cuando la piensas, cuando la razonas.

"Y nunca se volvieron a ver".

Que fort! diría mi amiga catalana y después tomaría sus cigarros y fumaría en el balcón con una Xibeca casi caliente.

Se acabaría el mundo si no te volviera a ver, se me acabaría el mundo, mi mundo, el tuyo, el nuestro.

Chau entonces, nunca te volveré a ver.

jueves, 20 de octubre de 2011

Coche

Se ha vuelto común, tristemente común la escena, el acelerón de llantas, la frecuencia de un nextel, el grito, el disparo, el impacto.

La escena se repite y se repite en un loop que huele a pólvora, es un disco rayado por las navajas de la última letra, de los del mar, de los de la sierra, es la nueva voz de mi ciudad.

A la distancia parece que no se siente tanto, pero se siente más, la distancia amplifica el sonido de las balas, la distancia y el desconocimiento nos hacen pensar que cada vez que pasa algo, cada vez que algo aparece escrito en algún medio, identificaremos un coche conocido, una calle que es la nuestra, un amigo, un pariente, un amor envuelto en balas.

A la distancia no nos queda más que rezar porque no sean ustedes.

martes, 18 de octubre de 2011

Dos momentos

Recuerdos dos cosas que me marcaron en mi vida como publicista, como persona, como joven adulto recien graduado.

El primero fue 3 meses después de intentar hacer que funcionara un sueño en el norte bien norte del país, estaba en Monclova, en una casa vieja de la calle Guadalupe, vivía solo, mi roomie italiano acababa de irse, había entendido que era una tontera seguir ahí, sembrando en tierra dura. No podía dormir, tenía dos días sin hacerlo, tenía hambre, no había comido nada, no tenía nada...y comencé a escribir, comencé a escribir una campaña publicitaria enfocada en mí, por toda la casa encontraba mensajes de aliento y slogans en donde yo solo me apoyaba, tenía una recordación de marca total y como mi nombre era líder del mercado, alcancé el 100% de los impactos estimados, una clara muestra de que yo era un cabrón para la publicidad.

Dos semanas después dejé Monclova.

El otro momento fue una noche, 1 año después de eso en casa de mis padres, había vuelto a vivir ahí y no podía dormir, tenía sueños de frustración por toda mi cabeza, me levanté de la cama y bajé a la sala a escribir en una libreta, 100 páginas por los dos lados de slogans, gráficas, teles y radios, 100 páginas que me intentaban convencer de que era bueno, mi padre, preocupado porque eran las 4 de la mañana y su hijo escribía como loco, bajó preocupado, mi madre le dijo que yo estaba haciendo mi trabajo, que no tenía porque preocuparse.
Al día siguiente llevé las diez mejores ideas de esa noche a mi primera entrevista publicitaria a lo que fue la junta más importante de mi vida, me dejaron entrar de trainee a esa pequeña agencia de activaciones deportivas.
De eso ya 7 años.

Dos momentos.