Lo compré aún sabiendo que ya no se producían estampas y que por más que el tendero tuviera, nunca lo iba a llenar, pero sorpresivamente, tenía más de las que pensé y casi logré llenarlo.
Pero me salió repetida una estampa, un zorro en la nieve.
No supe que hacer con ella y la veía y la veía y el olor a pritt que habita ahora en mi departamento no deja de ahogarme y me llena de tristeza y el zorro en la nieve me mira escondido, bajo unas ramas, esperando, esperando que acabe la nevada y pueda salir y correr y cazar y la nieve no deja de caer.
Yo no supe que hacer con el zorro en la nieve y lo guardé en un sobre y te lo envié, sé que tú lo entenderás y quiza algún día, salgas también del escondite y quizá nos topemos.
Cuando deje de nevar. Cuando el sol salga. Cuando la nieve se derrita. Saldremos
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