Me recargué en el primer coche que ví y sonreí mientras echaba la cabeza hacia atrás y de mi nuca, un leve crack! se escapaba y con él, el casino.
-ganaste mucho, te ví cuando ganaste, me dijo la voz de un hombre que estaba sentado enfrente de mi, traje oscuro, lentes de pasta, 45-50 años, cabello levemente cano, cigarro en la mano.
-gané algo, pero no traigo dinero en efectivo, no te lo pagan- le dije y metí la mano a la bolsa delantera de mi pantalón por instinto, ahí estaba el cheque.
-No quiero dinero ahora, de hecho, te ofrezco algo, te doy 200,000 cerrados en efectivo ahorita, no tienes que esperar a mañana para cobrarlos, te compro el cheque por más de lo que te van a pagar- me dijo el tipo y apagó el cigarro en el suelo.
-Algo hay no? nadie te da nada, y nadie me va a dar 200,000 por un pedazo de papel que no vale nada hasta mañana, qué ganas tú?-le dije y comencé a caminar a mi coche.
Detrás del tipo apareció un hombre y a su lado una mujer muy pequeña, ella traía una maleta deportiva, se la dió al tipo que había hablado conmigo y él me la aventó a los pies.
-200,000 pesos, tuyos, llévatelos, pero hazme un favor-me dijo.
-Ya sabía, te dije, nadie da nada man-apagué el cigarro y levanté la maleta del suelo, no voy a mentir, me gusta el dinero y mientras pueda hacer poco por conseguirlo mejor, pero no me gusta tener que meterme en cosas culeras por él.
-ni sabes el favor aún mijo, es sencillo, mañana vienes a cobrar el cheque y ya, es todo- el tipo caminó hacia mí lentamente. Una pareja salió del casino y se subió a su coche frente a nosotros.
-Cobro el cheque que ya me pagaste, mmmm sigo sin entenderte nada- y de verdad no entendía nada, le devolví la maleta y me subí a mi coche.
El tipo se sentó en el cofre de mi coche, el tipo que iba con él rompió de un golpe la ventana trasera de mi coche y después metió la maleta con el dinero en el asiento trasero.
-Abren a las 11, pagan a la 1. te veo aquí mismo a las....mmmm 1230? con cuidado- se bajó de mi coche y yo me fui de ahí.
Traía 200,000 pesos en el coche, podía irme y no volver al día siguiente pero creo que hubiera sido una estúpida idea. Llegué a casa y conté el dinero. 200,000, cerraditos. Repartidos en 2 fajos de billetes de 500 cada uno. Buena lana, no era lo más que había tenido en las manos pero era algo interesante, para pagar tarjetas, rentas, deuditas.
Llamé a la oficina al despertar para decir que no iba, me contestó el tipo que es "recepcionisto", un gordo que siempre trae camisetas de dream theater cuando es viernes informal, le dije que no iba y me dijo que porqué, le dije que no iba y dijo que porqué, apagué el fuego del diálogo repetitivo y colgué mientras tosía exageradamente fuerte.
Tomé dos billletes de 500, uno de cada fajo, total, chingueasumadre y salí de casa.
Me paré en el Ihop de Vasconcelos y pedí el paquete más sencillo y una jarra de café, leí el periódico que alguien había olvidado en la mesa y al terminar de desayunar, me lo llevé, lo puse en el asiento del copiloto y conduje al casino.
Siempre me da como tristeza el ver los estacionamientos de los casinos llenos por la mañana, tanta gente ganchada en lo de la apuesta, pero luego me muerdo la lengua y me doy cuenta de que yo también soy de ellos, soy de los mismos.
12:30, el tipo no está, ni el otro, ni la chica.
A la una entré al casino, a la chingada, si salen que salgan y me digan, les diré que los estuve esperando, que no llegaron y cobré.
Salí de ahí con 183,500 pesos en efectivo. Subí al coche, encendí el aire acondicionado a todo lo que daba y conduje a casa.
Cuando llegué, tomé el dinero que me habían pagado y lo cubrí con el periódico que me había robado del Ihop, al entrar a la casa, junté todo el dinero, 389,500 pesos en efectivo en la mesa de mi cocina. Respiré hondo. Bajo los billetes estaba la portada del periódico y en primera plana, estaban ellos, los que me esperaban afuera del casino. Muertos, los habían matado los soldados poco después de que habían hablado conmigo.
Nunca super que querían ni porqué me habían dado el dinero. Algo iba a pasar pero nunca pasó, por si las dudas puse los dos billetes de 500, uno en cada fajo, y guardé el dinero en una lata que siempre escondo en el closet, no vaya a ser que alguien vaya a reclamarlo.
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