jueves, 5 de enero de 2012

Austral

Cargamos las culpas de otros días, de aquellos en donde robábamos chocolates de las tiendas y los escondíamos en los pantalones, devorándolos luego en el estacionamiento de la escuela, pecando. Crímenes sin víctimas. Corporativos que no recibieron 15 pesos más que el día anterior, es todo. Es nada.

Pagamos esas culpas queriendo...fingiendo ser buenos? nos anotamos en cualquier causa social buscando limpiarnos con el cloro de la aprobación pública esos pequeños delitos mientras en casa nos matamos unos a otros, nos hacemos daño, nos volvemos perros hambrientos que lastiman, que destazan.


Prefiero dormir en el desierto, desmayarme de hambre, caminar en sentido contrario, abandonarme en los regazos de otros años, mutar.

Mis culpas no las pago, las vivo. Tiendo al sufrimiento y la mentira, soy a veces un pecador consumado y otras un padre que desaprueba como van las cosas. No tengo idea de que es lo que termine pasando al final del día, sólo sé que no estaré más.

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