miércoles, 6 de febrero de 2013

Contratiempo

Siempre hay excusas para llegar tarde, una llanta ponchada, un accidente de tráfico, el despertador que no hizo su trabajo, lo que sea. Yo no tenía excusas para llegar tarde a donde estabas. Llegué a tiempo y no funcionó. Llegué incluso con diez minutos de ventaja, no fuera a ser que no te encontrara. Pero ya ves, nada. Así como llegué, me fui. Antes de tiempo, antes de que lo notaras. Antes de todo. Tomé el primer taxi que pasó y le dije que condujera lejos, no miré atrás. No me arrepiento, ¿sabes? Hay mucho de complicidad en la fuga, tú querías que me fuera, yo me quería ir. Simple. Escapamos los dos de los dos. A tiempo. Sin contratiempos.

No hay comentarios: