Al final del día, lo que quedaba en la alacena, en el refrigerador, en el fondo del tanque de gasolina de mi coche, en la parte más lejana de debajo de mi cama, en el ultimo canal de los 340 que no veo en la tv, al final no había nada.
De las bromas que me haces, de las bromas que siento que ya caí y vuelvo a caer, no me canso, porque si me cansara, arrojaria la toalla, caeria en el precipicio sin fondo y al menos, en las bromas creo que uno de los dos rie y dios, espero que tú lo estés haciendo.
De las espinas de los icebergs caen estrellas que no tocan el agua, de las flores del cerezo caen dilemas y haikus incorrectos, imperfectos, como tú, como yo, como el silencio.
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