-Yo tampoco, no sé que es Paris, para mi Paris no existe porque nunca he ido- le dije y le quité el cigarro para fumarlo yo.
-No puedes decir que no existe Paris, Paris existe para todos-
-No para mí-la interrumpí- Para mí Paris es un diseño en la computadora de alguien, es un fotomontaje, es un cuento chino, ahora que si nos adentramos más en eso, China tampoco existe porque yo no la conozco- sonreí sabiendo que ella, cuando está borracha, enfurece.
-Eres un imbécil, esa pinche forma de pensar no te deja avanzar y por eso vives en esta mierda de lugar y no tienes nada más que un puto colchón en el suelo- me dijo ya empezando a molestarse, con la ceja izquierda un poco más arriba que la derecha, con la ceniza a punto de caer de la punta del cigarro.
-Para mí, el mundo es lo que conozco, eres tú, es mi ciudad, son los aviones en los que me he subido, son las mujeres con las que he estado, es la comida que he probado, son las olas que me han tocado, pero Paris no es nada, para mí no es nada, mi mundo se acabó en el lugar más lejano que llegué, Mar del Plata al sur, Nueva York al norte, Burgos al este y Nayarit al oeste, no más- comencé a reir y me levanté de mi puto colchón en el suelo.
-Si no nos hubieramos conocido yo no existiría?-me dijo pensativa.
-Exacto, no existirías.
-Eres un tipo triste, Paris te llegará como llegué yo. A todos nos llega Paris- se levantó y me dio un abrazo largo.
A todos nos llega Paris, pensé eso al dejarla en su casa. Ese mismo día busqué un vuelo. Era hora de que Paris comenzara a existir.
2 comentarios:
Increíble
Te extraño de una forma rara, besos.
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