Le dije que me disculpara, que no era mi intención y que a qué se debía su llamada, me dijo que la gata que habíamos tenido desde hace 14 años acababa de morir. Me invadió una profunda tristeza, espesa, espesisima, era como petroleo que comenzaba a diseminarse por mis venas, me sentía enmedio de un derrame de tristeza inmenso.
Cómo pasó?- le pregunté. Me dijo que fue una muerte natural, nada del otro mundo. Los gatos se mueren de viejos también, como nosotros, las personas, me dijo recriminándome mi reciente abandono, le pedí que me disculpara y al día siguiente le llamaría. Colgué.
Esa noche no pude dormir bien, recordaba bien a la gata, era de un color entre negro y café, nunca fui muy apegado a ella pero creo que nos caíamos bien por eso, por permitirnos ser y estar sin necesidad de falsas caricias, la extrañaría sin duda. Pobre.
Al día siguiente no llamé a casa. Le envié un mensaje de texto y flores a mi madre y seguí con mi vida, como ellos lo hicieron a partir de que yo, su único hijo, había decidido irse.
Entré al facebook de mi madre y había puesto una foto de la gata y la palabra EN MEMORIA.
Me pareció de un terrible mal gusto y la eliminé de mis amigos. Luego la volvería a dar de alta sólo quería que entendiera que hay cosas que no se deben de hacer como poner la foto de tu mascota y la palabra EN MEMORIA. Pensé que menos la llamaría.
Luego recapacité y me dije a mi mismo que mi madre merecía otra oportunidad, después de todo, es mi madre.
Le dí de alta en facebook.
Ella declinó mi invitación y le mandé un mensaje de confirmación "soy yo mamá, tu hijo, sólo estaba jugando, andale, agrégame".
No lo hizo.
Ni yo volví a llamar a casa.
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