martes, 5 de octubre de 2010

Atentamente, bien gracias

Casi.

Ya quiero que todo se quede así-me dijo ella.

Todo así?-le dije y me aclaré la garganta haciendo un ruido que no llegaba a tos, haciendo una pregunta que no llegaba a ser frase.

Así, celeste- ella miraba por la ventana del departamento, estar en el piso número 7 siempre es una buena idea para sorprender a una mujer, pago más pero lo vale, en la mañana me regalan estos dialogos que me dejan más de lo que ellas creen, incluso más que lo que pasó en la noche.

Celeste...eso que ves allá, esa estatua, sabes que tiene 200 años de estar ahí y nunca la han limpiado-le dije mientras me acercaba a la ventana en la que ella observaba y señalaba una estatua de un viejo campesino que sostenía un cesto y podíamos percibir mierda de paloma acumulada.

Es verdad?- me preguntó y puso más atención en la estatua.

No, sólo estoy jodiendo- y le acaricié la espalda con mis manos todavía tibias.

Ella recargó su cabeza en mi pecho y continuamos existiendo en esa fría mañana de otoño. 
Yo no dejaba de pensar en el color celeste. Ella tomó su ropa y salió de la habitación. Yo me puse lo mismo que vestía la noche anterior y puse una canción en el dock del ipod que estaba en la sala. Escuché la puerta cuando salió de mi departamento y aún alcancé a verla cuando se dirigió a la plaza donde estaba la estatua. Volteó a ver el edificio intentando ver mi ventana, ella sabía que la veía pero ella no me veía a mi.

Se alejó de la plaza. Me concentré en lo que escuchaba "American IV" de Jhonny Cash. Siempre me da miedo ese disco, no sé porqué, la voz de él siempre me ha intrigado, es como si una barra de metal tuviera voz y cantara. Es una barra de metal cantando.

Yo sólo pensaba en el color celeste. En la vida celeste. 








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