lunes, 15 de agosto de 2011

Caeser

Lo primero que aprendí a escribir fue mi nombre, César, pero lo escribía muy mal: Caeser.
Incluso en el baño viejo de casa de mis padres está aún mi nombre rayado con pluma. El error se quedó para siempre y con los años yo no. Dejé de escribirlo mal y comencé a hacer como que si sabía.

Fingir que sabes, imitar lo que otros hacen, perder para ganar, ganar a toda costa, los años me llevaron a lugares que no pensaba pero aún hoy, desde la distancia creo que mi mundo era mejor cuando yo creía que me llamaba Caeser.

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