miércoles, 25 de febrero de 2009

aurora

Salió de casa y el mundo ya no era el mismo. 

La calle como la conocía había desaparecido y lo que se extrendía frente a sus ojos, era el mar. La inmensidad del mar en plena ciudad y él, con la calma que nunca había tenido, no pudo más que observarlo.

Algo dentro de su cabeza ya lo presentía, ya lo veía venir. Se inclinó sobre el agua y la probó, definitivamente era el mar y él estaba ahí, como una estatua de sal en sodoma, como una gargola en notre dame, como líder de algun sindicato mexicano, inamovible.

Entró a la casa y con una hoja de papel se construyó un barco y lo mandó a flotar, a que la marea lo arrastrara a donde nunca él iba a llegar, a conocer mundos exóticos o a encallar en alguna roca caprichosa del mediterraneo.

El mar frente a su casa y nadie a quien decirselo, el unico ruido que se escuchaba era el del agua golpeando contra los arrecifes formados de autos y de antiguos postes de luz, el ruido de las gaviotas uniformadas con los restos de la ropa de las personas que algún día habitaron esa calle, a lo lejos alcanzó a ver un refrigerador flotando y una familia de tortugas lo seguía como si fuera la tortuga madre que flota y no se hunde.

Sintió tristeza del silencio y del mar. El mar sintio tristeza de su silencio y de él, el ultimo que no sabe que es el ultimo pero que lo presiente.

Caminó por la banqueta que ahora era la orilla del mar y del suelo tomó una piedra pequeña y la arrojó con todas sus fuerzas, la piedra rebotó caprichosamente y se estrelló en lo que parecía había sido la puerta de cristal de alguna empresa de computación. La puerta acabó por romperse. Él mismo acabó por romperse y comenzó a llorar por la puerta que acababa de romper, por el silencio, por el mar, por las gaviotas, por su futuro. El día empezaba pero para él ya era el final. El mar lo supo y lo arropó con su salado abrazo y lo durmió con la canción que escuchas si acercas un caracol a tu oreja izquierda, el mar lo amó y no lo dejó ir nunca. 

La calle quedó en silencio y el mar dejó de moverse para siempre. 


1 comentario:

r. dijo...

wow, se me figuro como un sueño y me lo imagine afuera de mi casa.

yo aveces he imaginado, como sería mi hábitat asi como si estuviera inundado. creo que mi parte favorita es bajar las escaleras nadando. O tambien salir por la ventana nadando/volando.