jueves, 8 de enero de 2009

Lo

Estaba esperando que su esposo terminara la taza de café para decirle sin dudar, sin pensar y sin arrepentirse, que le era infiel.

Siempre fue muy fría con él. Siempre habían tenido una relación anormal en cuanto a la vida que se supone deben de llevar los matrimonios y después de esa representación de 3 años y medio, era hora de bajar el telón y buscar un nuevo cuadro actoral, un nuevo coprotagonista para ella, un nuevo reto que la llenara más.

Te estoy engañando- le dijo sin sentimientos. 
Ya lo se. 
Y porque no dijiste nada?
Porque no me importa que me engañes, yo sólo te quiero ver feliz.
Pero no lo soy.

Ella dejó la cocina y el se levantó con toda la tranquilidad del mundo y puso la taza en el fregadero. Se inclino sobre el y respiró profundamente, sintiendose él, más que ella, liberado del peso de la verdad que ella se guardaba.

La encontró empacando sus cosas en una maleta. Ella siempre había sido muy ordenada para todo y él le había agradecido eso. El orden no era su fuerte y una compañera que lo complementara y ayudara con eso, era algo que valoraba infinitamente.

A dónde vas?
No lo sé. A dónde sea.
Te vas con él?
Porqué me haces esto?
Hacerte qué?, tú eres la que me engañó a mí- El sonrió tristemente.
Esto, actuar así, tan tranquilo, tan raro.
Quieres que te grite y que te golpee porque me engañaste? quieres que se enteren los vecinos?

Ella levantó la mirada de la maleta y la ropa y se soltó a llorar. Él la abrazó fuertemente y ella a él.
Nunca te he importado de verdad?-le dijo ella.
Eres lo más importante para mí..te amo.
Y porque dejas que me vaya?
Porque se que volverás...y cuando vuelvas, me vas a querer como yo te quiero a ti.

Un coche se estacionó frente a la casa y en el teléfono de ella se sintió la vibración de un mensaje de texto, él, en el abrazo, también lo sintió y respiró profundamente para detener las lágrimas que sentía que brotarían y los ahogarían a los dos.

Te buscan afuera no?
Si. Ya vinieron por mi.
Te puedo pedir algo?. por favor?
Qué..?
No me olvides.
Ni tú a mí.

Ella salió de la casa y él con el corazón roto se acercó a la puerta para verla por ultima vez, ella volteó a verlo, él no alcanzó a ver el rostro del tipo que conducía, ella le mandó un beso al aire, él se sentó en la pequeña escalera de la puerta, ella cerró la puerta del coche y se marchó para siempre, él comenzó a llorar amargamente...

Yo le cambié de canal y prometí no ver nunca más el Hallmark a las 3 de la mañana. Las películas tristes no son para mí.




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