Siento aún que no estoy listo para afrontar algunas cosas como la muerte, hay días, más bien noches, en las que despierto asustado y marco el teléfono de casa de mis padres sólo para escuchar y saber que están ahí, al menos la contestadora.
"Hola, estas llamando a la casa de la familia Torres, no estamos disponibles por el momento pero llama más tarde, saludos"
La muerte me intranquiliza, sobre todo la muerte ajena porque la propia pues, uno la toma natural, como debe de ser, pero la muerte de quienes quiero, de quienes son mis sonrisas y mis abrazos, mis ojos y mis manos, la muerte de ellos me pone en un estado de perpetuo nerviosismo que sólo acaba cuando me devuelven la llamada.
Hoy conduje a casa de mis padres mientras iba sufriendo un ataque de fiebre y angustia, de la nada mi lunes se transformo en malestar y dolor y no se como hice pero llegue.
No dije nada y me dejé caer sobre la cama del cuarto de mis padres, me intentaron despertar y no pudieron y yo con fiebre, recostado sin poder explicarles porque me sentía mal.
Pastillas y una almohada.
Debo cambiar estos malos habitos familiares, las cosas no duran para siempre.
1 comentario:
No hay nada mas cierto que eso amigo, espero que estes mejor
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