lunes, 30 de noviembre de 2009

Raíces

Vive en niza, francia. Tiene mi edad y nos conocimos en un vuelo intercontinental. Primera vez que me agrada mi compañera de asiento. Creo vimos una película completa cada quien, pero charlamos 11 horas seguidas. Del amor, de la vida, del amor en la vida.

Ahora la leo a la distancia y la leo rara. Triste. No noto en ella la alegría que me regaló y que hizo más llevadero mi regreso a casa, justo en el momento en el que no quería llegar. Ella me lee y sonrié, creo, desde su hogar francés.

Hoy cociné lo que ella me mandó por mail. Sopa de cebolla. Y no lloré al partirlas, como sé que ella no llorará al leer esto. Es increíble lo cerca que puedes estar de alguién que apenas conoces. En cierta medida, la estimo. En cierta medida, creo nunca volveremos a vernos.

No creo volver a tener la suerte de una compañera de viajes perfecta como ella. 
Pero ella si tendrá la suerte de que en la distancia, todo toma otro valor, otro sabor, aún más intenso que el de los guisos que prepara y que, como la mejor consejera, me mandará para hacer más llevadero mi invierno y mi cocina.




viernes, 27 de noviembre de 2009

luces

Las luces, las que perdí y luego encontré, ninguna brilla como tú.

Chipirones. Nunca los había comido ni hubiera pensado hacerlo hasta que tú, con tus costumbres adquiridas en no se que jodidos lugares, me forzaste a hacerlo. Sabes que comerlos es lo menos que podría hacer por ti. Mi lista de cosas imbéciles que haría por amor pero más por ti, es inmensa y los chipirones no se acercan a caminar en brasas ardientes.

Anoche revisaba las fotos de una vez que salimos. Es horrible el flash y lo que revela al guardar los instantes que uno pasa en los bares, la penumbra y el humo lo hacen más llevadero, pero nada de eso resiste a la verdad, nada resiste al flash que todo lo ve y que nos muestra el verdadero y horrible lugar en el que estabamos y por el que pagamos tanto. Una mierda. Por eso cuando ya van a cerrar, encienden las luces, las encienden para que nos demos cuenta del verdadero lugar en el que estamos, para que nos demos cuenta de la verdadera persona con la que estamos y del verdadero estado en el que estamos. Una mierda la luz.

Menos la tuya. Que no quema. Que no revela. Que no se apaga.

A menos de que quieras que la apague. En ese caso, procedo ceremonialmente y sistemáticamente a insultarte esperando la mordida de perra brava que tienes por dentro, el zarpazo, el chingazo y el grito que suplica que me vaya, y me voy, porque se que el llanto que derramas es la señal de retirada.Cierro la puerta, te maldigo y me largo, hasta que te acuerdes que ninguna discusion es más grande que el puto pinche cariño que aún me tienes y que te tiene ahí, lamiendote las garras a la espera del nuevo encuentro, ese que creo es el mismo pero nunca ha acabado. 

Cuando me llamas siempre voy. Flojito y cooperando. Soy bien pinche fácil. Soy como me educaste. A responder a tus dedos tronando, a tu silbido secreto, a tu suspiro incompleto. 

Cuando quieras, quiero. Cuando quieras. Quiere.



martes, 24 de noviembre de 2009

Calca

Tengo un trabajo de medio tiempo que nadie de mis amigos conoce, una identidad desconocida que no revelo a nadie, sólo cuando me descubren y después de haber fingido demencia por un rato, puedo confesar que si soy yo. El tipo que dibuja en la banca del parque y que te hace retratos, soy yo.

Lo hago para satisfacer algunas manías que tengo y que sólo el dibujo puede darme, no lo hago por el dinero, aunque debo de confesar, que hay días en donde gano bastante, pero así como recibo los billetes, los regalo a la primera persona que extienda la mano y me lo pida con los ojos llenos de esperanza.

Porque cuando retrato a las personas puedo permitirme mirar fijamente a alguien sin que esa persona se extrañe y me acuse de acosador, de enfermo, pero es que disfruto tanto ver los rostros, las historias que hay detras de las arrugas, de la mirada vacía, de los nervios de la novia que no quiere suficiente al novio pero que accede a hacerse un retrato a sabiendas de que algún día va a tirarlo a la basura, disfruto sobre todo de las cicatrices, de las imperfecciones que tienen y tenemos, pero como si fuera yo un diseñador, corrijo y procuro regalarles una versión limpia y perfecta de ellos mismos, una versión de ellos mejorada. 

El otro motivo por el cual dibujo es porque siento que pirateo a Dios, que hago copias apocrifas de las personas que Él creo y sobre todo y como ya lo dije, corrijo sus errores y por unos instantes, perfecciono lo perfecto: Las personas. 
Dios no sabe que lo copio y si lo sabe lo permite, lo cual lo hace complice en un autosabotaje de Él mismo, en un autorobo de su propiedad intelectual y por eso mismo, sé que no presentará cargos, porque disfruta a final de cuentas de la complicidad, de compartir este vínculo criminal conmigo, disfruta del delito tanto como yo. 




japón

Bajamos en el Alhambra-bus, ruta 312, más o menos a las 4:20 de la tarde, hacía un calor del carajo y estabamos exahustos-yo un poco desilusionado- de lo que habíamos visto esa mañana.

4 horas de recorrido y lo más interesante para mí había sido la charla en uno de los descansos, con un par de matrimonios argentinos que creían que yo era brasileño, no se si por mi color de piel o por las chanclas  Havaianas que traía. Hablamos como siempre de dinero, de politica, de los problemas que como latinoamericanos compartimos, de las esperanzas, de la comida y de todo lo que puedes hablar con desconocidos. Unos eran profesores de una universidad en La Plata, la otra pareja eran argentinos radicados en Marsella que recorrían juntos, compartiendo gastos supongo, el tour por el sur de España.

Los profesores me recordaron a mis padres. Agradables, conversadores, simpáticos pues.

Y fuera de ahí La Alhambra no me había cambiado la vida esa mañana y que mal, porque tenía solo dos horas más en Granada antes de partir rumbo a Madrid a pasar la noche y regresar  ami país tres días después desde Barcelona conectando Londres.

Estaba lejos de casa pues.

Siempre me han dicho que los hombres japoneses son muy secos, que tratan a las mujeres como inferiores, que no quieren, que todo es trabajo y que sus mujeres, a pesar de ser emprendedoras, trabajadoras y muy inteligentes, dejarían todo por seguir al hombre de sus vidas. 

Eso lo he leído en blogs y en libros y lo he visto en el noviazgo que lleva uno de mis mejores amigos con su chica japonesa que los ha hecho enamorarse en Toronto y vivir alejados de sus patrias pero formando una nación nueva, la de ellos.

Pero toda la percepción que tenía se derrumbó y pude ver, una de las imágenes más tiernas que me llevo de mi viaje, teníamos un chofer que manejaba intrepidamente por las estrechisimas calles de esa ciudad y como destino final la plaza Isabel La Católica, el tipo venía como un loco y cantando sin preocuparse que los que no veníamos sentados hicieramos el máximo esfuerzo por mantener el equilibrio. A mi lado iba Gabriela, mi amiga mexicana radicada en Madrid y quien me dió asilo y su amistad durante los días que fuimos viajeros, al lado de ella una señora estereotípicamente española y frente a ella, una pareja japonesa, muy jovenes, ella líndisima, creo la mujer oriental más guapa que he visto en mi vida, su chico no era el hombre más agraciado creo, pero tenía esa elegancia y buen sentido de la moda que tienen todos los hombres japoneses y que envidio cuando al llegar a mi closet veo que mi ropa, aparte de vieja, es fea.

El Alhambra-bus 312 frenó para no impactar a un motociclísta que no había respetado un alto, todos perdimos el equilibrio, yo choqué con Gabriela, ella con la señora española y la chica japonesa a punto estuvo de caer, pero el brazo de su chico la sujetó fuertemente evitando con esto la caída, con el brusco movimiento, la chica había perdido sus lentes que cayeron por una rendija de la puerta que no había cerrado del todo, el chico japonés pidió que el bus se detuviera y corrió hasta el punto en donde los lentes de su chica habían caído. Los tomó y regresó rápidamente al bus. La chica lo miró con tanto amor que sentí envidia. Ojalá algún día alguien me mire así.

Bajamos del bus y supe que Granada me había servido mucho después de todo y que la impresionante construcción mora que acababa de ver hacía unos minutos, no se comparaba con la majestuosidad de una mirada llena de amor.

Camino a Madrid soñé con la chica japonesa, su piel blanca, sus ojos, su sonrisa. Ojalá su chico la quiera siempre como la quiso esa tarde.


lunes, 23 de noviembre de 2009

fechas

El sábado, 30 de julio de 2005 08:36:59 a.m desde Florencia, Italia, una chica me quería más que nunca.

El jueves 20 de diciembre del 2007 a las 11:08 de la mañana desde Monterrey, México, una chica se había comprometido a ir por mi al aeropuerto.

A ambas, cuando son las 3:52 de la tarde del lunes 23 de noviembre del 2009, las sigo queriendo y para una de las dos, ya no existo. La otra nomás se hace la difícil.

Borro mails antiguos los lunes que son  relajados, pero por más que me he desaparecido mails y mails, esos dos no puedo borrarlos porque ambos reflejan que al menos, por un breve momento, fui tan importante como para recordarme y extrañarme en otro continente o tan importante y querido como para tomar un pequeño compromiso pero a la vez tan importante como lo es recibirme en el aeropuerto.

Ambas ya no están y yo tampoco estoy. A la distancia y en el olvido, el pasado es un vacío inmenso que no lleno ni con todas las palabras que he escrito en la larga lista de computadoras en las cuales alguna vez he tecleado algo y que comprenden, desde la primera PC que llegó a casa de mis padres, pasando por los horribles cybercafés de monclova, o la lujosa y exclusiva computadora de un estudio de postproducción en la Condesa, hasta esta misma en la que me he dado a la tarea de escribir la mayoria de los post que aquí lees.

Algunas veces me pregunto, si aún vivo para ellas en el buzón de Recibidos de sus cuentas de Hotmail. 
O si ahora me encuentro y formo parte del Spam, de la cyberbasura, del correo no deseado.






domingo, 22 de noviembre de 2009

payasos

El rítmico pac-pac  de una torreta encendida, brillando como cristales en la noche lluviosa de mayo, un codigo morse que nunca dice nada y que a lo lejos se va perdiendo en las avenidas que nadie transita, en la ciudad que nadie visita, en el país que ha dejado de ser.

Nada parece cambiar la misma noche que se ha ido repitiendo desde hace mucho tiempo, tanto que ya no se recuerda. Tanto, que ya no importa.

De pronto, la novedad irrumpe y el tedio se va, algo que hacer, un momento nuevo, una variación de la tierra en la escala de Richter de nuestra noche, algo tan pequeño como una luz delantera averiada en un viejo Topaz 94.

El oficial Manrique sube a su patrulla y sigue al coche, el coche no se percata aún o le importa poco, el oficial acelera y enciende la torreta, por el altavoz le pide al conductor que se detenga en un costado de la carretera. El Topaz 94 se detiene, la patrulla también. El agua cae del cielo en una minuscula lluvia que no termina de empaparlo todo al cien.

El oficial desciende de su patrulla, hoy no tuvo compañero, Torres se reportó enfermo y a Manrique no pareció importarle, de todas formas Torres no sirve de nada.
Avanza lentamente y saca de una de las bolsas del impermeble una pequeña linterna, la libreta de infracciones y una pluma. El Topaz 94 sigue encendido. 4 pasajeros en él.

El oficial se acerca a la puerta del conductor, el vaho del interior impide verlo bien, el tipo baja manualmente el vidrio, el chirriar de la vieja manija es desesperante y la acción dura más, mucho más de lo que debería de durar, una eternidad, el sonido de un trailer que baja su velocidad lo interrumpe todo.

Manrique enciende la linterna e ilumina al conductor, no puede evitar sonreír un poco ald arse cuenta de que quien conduce es un payaso, maquillaje blanco por toda la cara, una sonrisa permanente de color azul y una peluca multicolor, ropa brillante, olor de colores y cerveza.

El oficial intenta hacer un comentario que rompa el hielo, algo como "que ustedes no viajan en coches mucho más pequeños?" el payaso no ríe, el copiloto, una botarga cabeza de rana y cuerpo con ropa de bombero descansa la borrachera contra el vidrio de su asiento.
El oficial no insiste en ser gracioso, le pide al payaso su licencia y los papeles del coche, en el asiento de atrás la botarga de una ardilla duerme, un segundo payaso intenta encender un cigarro, el encendedor anaranjado se le resbala de sus manos llenas de pintura. 

Payaso conductor revuelve la guantera, payaso del asiento trasero bebe de un trago largo todo el contenido de una lata de cerveza, el oficial Manrique aguarda, buscando en su mente la forma en la cual va a contar la historia cuando llegue a la estación. "Detuve un carro lleno de payasos, venían hasta su madre" "Un payaso vomitó de colores" "Estuvieron tan chistosos que los dejé ir".

Payaso del asiento trasero baja del coche, sus grandes zapatos-al caer en un minusculo charco- salpican las botas del oficial Manrique. Perdón, le pide el payaso...Perdoneme amiguito-corrige metiendose en su personaje. Manrique sonríe y busca en sus bolsillos un encendedor.

Enciende el cigarro del payaso, éste sonríe, Manrique observa como el humo del escapa de la sonrisa tatuada en el rostro del payaso quien observa pasar un auto compacto y al hacerlo, los salpica a ambos, el payaso suelta una carcajada y Manrique también. "puta vida" parecen decir y comparten una complicidad de mojados. 

Payaso conductor saca el brazo por la ventana llamando a Manrique. Payaso fumador se seca el rostro ahora un poco despintado por el agua que lo acaba de mojar. Manrique se agacha sobre la ventanilla y payaso conductor le extiende su licencia, "como sé que es usted si trae la cara toda pintada", Manrique ríe de su chiste. La risa se corta cuando observa por primera y detenidamente a la botarga de rana, no es pintura lo que sale de su pecho, no hay ningún sonido, ningún ronquido en rana o ardilla.

Manrique siente el calor de un cigarrillo apagandose en su oreja, el dolor lo hace soltar un grito y la lámpara, sus manos son sujetadas con demasiada fuerza por payaso conductor. Manrique siente el filo de un cuchillo, la lluvia sigue cayendo y en su espalda tiene nuevos huecos por donde el agua se mezcla con la sangre, payaso exfumador ríe, payaso conductor le manda besos al oficial que no grita ni se mueve, su rodilla toca el suelo, la lluvia arrecia y payaso exfumador mira hacía arriba y su cara se despinta. 

Payaso conductos baja del auto, va a la cajuela y saca una cabeza de conejo. Entre ambos payasos le colocan la cabeza y lo suben al auto. Encienden el coche y se reincorporan a la carretera. 

Dos payasos, una rana, una ardilla y un conejo van por una autopista en un chiste que no da gracia, en una broma que no divierte. 

Una patrulla con la torreta encendida en medio de la lluvia de una noche de mayo. 

A lo lejos, el chiste se pierde para siempre. Avanzando con una luz averiada.





viernes, 20 de noviembre de 2009

ciegos

Si todo lo que no se da se pierde, ya perdimos todos no?

Daniela razonaba así cuando el cielo se apagaba, cuando las luciernagas nos iluminaban los ojos, cuando el frío se colaba por las orillas de la pequeña casa que rentabamos.

Y nunca me dijo que no. 

Le propuse cosas por demás difíciles, modelar lenceria en un aparador en Montera, ser edecán de un mago en la calle Gitanos de Sevilla, dependienta en un cybercafé en pleno Argeles des Mar, nunca dijo que no, nunca dijo nunca.

La amé por eso, por ser mi sustento y mi motor. Y ella me amaba sin yo nunca haberlo merecido.

Porque mientras ella modelaba en Montera yo la engañaba con alguna puta de esa calle, cuando el mago solicitaba su presencia en un acto en plena tarde, yo me iba al bar más cercano de nuestro hostal y me cogía a la dependienta en la alacena, cuando ella no hacía nada más que repartir los tickets y las computadoras en Argeles, yo me perdía en las calles más cercanas a la playa y buscaba que alguna mujer me sacara del tedio en el cual, creí que Daniela me tenía. Y yo les contaba una triste historia de como mi mujer era una villana que me engañaba con todos los jefes de sus empleos, y la rebajaba a una puta que haría lo que fuera por dinero.
Todas mentiras.

Eso creía yo, hasta que un día que regresé a casa, el mago me había aparecido unos cuernos inmensos en la cabeza.

Con un mago, carajo que verguenza. Me hubiera sentido menos ofendido con un gitano o un enano...pero un mago. 

Al día siguiente, ella y el mago desaparecieron. Se esfumaron en Sevilla y yo mismo lo hice. Regresé a México sin mujer y sin dinero. Magia. 

Aún pienso en ella cuando enciendo la televisión y el Mago Frank ve que lo veo, la extraño no lo niego, pero creo que con el Mago debe de ser feliz, porque a final de cuentas, de mí se fue porque nuestra magia como pareja se había terminado. 

A veces, cuando voy a ver un show de magia al teatro cercano de mi casa, espero con ansias que aparezca ella en vez de un tigre o que la chica que parten en dos sea ella y el truco falle. Pero nada pasa nunca, nunca pasa nada.






jueves, 19 de noviembre de 2009

Polar

"Permitanme comenzar diciendo que chinguen a su madre todos los que opinen diferente a mi"

Eso parecían decir los ojos del orador de la conferencia en la cual estabamos obligados a asistir, pero como nadie le ponía atención, lo verbalizó y todos nos quedamos callados al escuchar un fuerte y masculino. !Callense el puto hocico hijos de la chingada!

-Vergas- Raúl se impresionó y dejó en el aeropuerto de sus manos, el avión que a punto estaba de despegar.

Tomé la libreta y comencé a dibujar al conferencista. 55 años, entradas pronunciadas, mentón con cicatríz, orejas grandes, ojeras marcadas y cuello muy corto. Moreno.

No había nada de interesante en sus palabras, pero en sus actitudes y sus acciones sí, observé como veía con lujuria las piernas de las estudiantes que se encontraban en las primeras filas, nadie lo veía, nadie le prestaba atención, sólo yo. Si ponías atención en sus ojos, en la forma en la que se movían de la hoja a las piernas, de las piernas a la hoja, te dabas cuenta de que el tipo tenía una erección en ese preciso momento.

Lo dibujé con una erección impresionante, que rompía el auditorio de la secundaria en dos, acabando a su paso con, las chicas de las piernas linda, con Raúl el del avión y conmigo. Una verga inmensa, destructora, una verga apocaliptica.

Estaba dandole los últimos toques a mi dibujo cuando todo el auditorio hizo un silencio que no olvidaré. El orador me estaba señalando e invitandome a pasar al estrado. Dejé el dibujo y pasé. Ilusamente. El orador me invitó a subir con todo y dibujo.

Orador: Te llamas.
Yo: biiip
Orador: Y que dibujaste que nos quieras mostrar.

Sin penas lo mostré.

Yo: Es un homenaje a nuestro orador desde un punto de vista de poder, es una representación de nuestro orador en un papel que funge como destructor y creador de este miniuniverso en el cual nos encontramos, su imagen fálica destrozando el presente, pero a la vez, creando un futuro mejor, ignoren la imagen de lujuria de sus ojos, es solo el estado de trance en el cual el creador se encuentra en el momento de la concepción, del genesis.

Por diez segundos que parecieron eternos, el tiempo se detuvo. Hasta que Laureano gritó desde el fondo del auditorio: !A que pinche vergota profe!

Otra voz : Con esa pistolota si me dejo asaltar.

Todos se cagaron de risa, yo, cínicamente hice una reverencia e invité a la gente a aplaudirle a nuestro orador quien quiza por única vez se llevó una oración de pie en su puta vida, sobra decir que su erección desapareció, sobra decir que fue la última vez que pisé esa escuela.

Pero sigo dibujando.
Algunas veces.
Cuando vale la pena.










miércoles, 18 de noviembre de 2009

La nena

Dice mi madre que La Nena siempre me quiso. Desde el mero día en que nos conocimos siendo niños, La Nena se enamoró de mi.

Mi madre siempre me molestaba con eso, cuando La Nena pasaba por mi casa y yo arriba del árbol le lanzaba ramas, mi madre veía amor en la pasividad con la cual la nena soportaba los proyectiles, mártir ante el bombardeo del amor, de su amor.

Yo era un niño y no sabía nada  de nada, a mi sólo me interesaban las fabulas de Esopo, la soda de Ponche y caminar por el filo de las abanquetas. Ahora me doy cuenta de que muchos de esos pasos, de esos desafíos al vacío de 15 centimetros, no los dí sólo. Ahí estaba La Nena. Cuidandome los pasos.

La Nena no era una niña de la cual uno podría haberse enamorado, era tosca, pecosa y flaquisima, creo recordar que tenía los pies muy grandes, una vez comparamos sus huellas con las mías en cemento fresco y mi respuesta fue un "Ooosssuuuu". Tenía el cabello chino y las manos, esas sí, de niña. Pequeñas manos que nunca se rozaron con las mías.

Cuando caminaba a la primaria en donde estudiaba, me topaba casi todos los días con La Nena, ella estaba en otra escuela y tenía que tomar un camión para llegar, pero siempre fingia casualidad y fortuna en toparnos, me preguntaba cosas sobre la televisión y como a mi la televisión siempre me ha apasionado, le contaba que Mazzinger Z había estado increíble, que los Thundercat´s se salvaron de milagro y que en la telenovela de las 8, la villana se había salido con la suya. La Nena me miraba y dejaba pasar un par de camiones más.

En secundaria compartimos el mismo salón de clases, mi madre me contó que se topó a La Nena con su mamá en una tienda de ropa el fin de semana antes de iniciar el curso, ambas sonreían y mi madre le dijo a la mamá de la Nena, "un día vamos a ser familia ya verá", La Nena se sonrojó y mi madre le ayudo a escoger el vestido más bonito de la tienda.

En secundaria yo era aún más desobligado y dejé de hacer y de participar en los proyectos, La Nena siempre hayaba la forma de incluirme y darme trabajo que me permitiera no hacer mucho, así fue que pasé año. Una vez recuerdo que la Nena comía un lonche junto a un árbol y una abeja le picó cerca del ojo, la Nena soltó el lonche y salió corriendo, la detuve y vi el aguijon y ella lloraba y yo no supe que hacer y la llevé a la enfermería. Me quedé esperando a que saliera, cuando salio, vi que del ojo que no traía vendaje, salía la mirada de más amor que me han dado en la vida, yo me sentí intimidado...un chavo con una descalabrada impresionante que esperaba su turno sólo dijo : Eeee novios. 
Yo me fui de ahí.
 Ahora entiendo que la Nena tenía la mala suerte conmigo, nunca me tocó el turno de besarla jugando a la botella, nunca le acepté una propuesta a bailar durante las fiestas y la única vez que me habían convencido de bailar con ella, que era en la noche más importante de su adolescencia, la fiesta de XV, tuve paperas y el dr me dijo que no fuera.

Ahora, a años de distancia de todo esto, comprendo que La Nena pudo haber sido el amor de mi vida, quiza yo fui el amor de su vida, quiza lo soy aún y me recuerda con cariño.
Quiza con la Nena mi vida hubiera sido diferente. Me enteré hace poco que es una exitosa abogada laboral, que tiene años que vive en otra ciudad y que sigue soltera. Quiza esperando.

En una de esas, aún después de tantos años, le queda corazón para quererme como antes. Pasivamente. Dulcemente. Esperanzadamente.












martes, 17 de noviembre de 2009

featuring

daniela guixha... intentando jugar a lo estructurado says: (11:47:54 AM)
Me gusta cuando te irrespeto, porque caes del pedestal donde te tengo y te rompes en mil pedazos, de los cuales, obviamente, ninguno me pertenece. 

Me gusta cuando la distancia me permite tomarme libertades como imaginarte como quiza no eres, pintarte el cabello, aumentarte el busto o tal vez con ese atrevimiento que quizá no alcanzas a lograr, imaginarte en sitios, con personas, involucrándote 
daniela guixha... intentando jugar a lo estructurado says: (11:48:07 AM)
involucrándote mas de lo que puedes. 

Me gusta que me guardas en las palabras que escribo, que me guardes un texto porque mi blog no funciona.
Me gusta cuando a pesar de todo y del tiempo, me sigues creyendo mis estupideces y se va alargando la historia aunque sea través de cuentos y escritos.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Dale

Dispara chingado, me mata más el no saber que la bala.

el miedo me tiene helado, paralizado, los segundos son eternos y quiero que todo acabe.

Desde el piso de mi sala escribo mejor que desde la cama. 

No me apatece volver a ella pero tendré que hacerlo, que volver a empezar, que programarme para dormir. 

Para dormir y no soñar, porque los sueños de mis desveladas son aterradores, tienen que ver con filas interminables de pagos, con autogoles de último minuto, con despedidas y con iguanas que me muerden los pies.

justo ahora acabo de decirte por msn que escribo sólo para ti.

no es verdad, lo sabes y lo sé.

una pesadilla más


domingo, 15 de noviembre de 2009

goma

still i wake up in the morning.

Se que cuando leas esto, sabrás que es por ti.

Porque lo sabes cuando me lees.

Porque sientes lo que siento.

Porque el mar no nos separa.

Porque dejaría ahora si que todo, porque un día me dijeras te quiero.

Porque me quieres.

Porque solo espero el momento en el que llegues y digas...ganaste, aquí estoy

Porque se va a llamar Pablo Torres.

Porque se va a llamar Aurora Torres.

Porque nuestro camino es una línea de coca, de nieve, de polvo...una bocanada de aire bajo el agua. Dos dragones que miran al cielo al mismo tiempo, una pirueta, un rezo.

Porque nunca, nunca, nunca...serás mia de nuevo

era ella

Son casi las 6 de la mañana y todos se han ido de mi departamento....pero ellos no me importan...solo ella, la chica que al cerrar la puerta del refrigerador, me ha cerrado las puertas...todas las puertas del mundo ella las a cerrado, me a dado con la puerta en la nariz y se a desmarcado, me a dejado, me abandonó.

ella, a quien quise, me dijo que no, un ultimo intento, el más doloroso, el más difícil...y ella, ella se fue...y yo, sólo pude regalarle un libro de Ryu Murakami al tipo que me la robó...

ella se fue y yo, en el piso de mi departamento, escribo y pienso en el no...en el corazón que se me volvió a romper por pendejo.

Lo se, no es ella, ,la que es no es ella y quien creo menos y me quiero largar de aqui y como hank moddy, coger para olvidar. y quiza, busque en mi celular a esa chica que le dije que no y que siempre me dice que si, quiza lo haga para lastimarla, para lastimarme, porque a quien quiero, a ella...no puedo hablarle

viernes, 13 de noviembre de 2009

en el espejo

Duele reconocer cuando uno no tiene la razón porque se asume a sí mismo como un pendejo.

Y de esa pendejez pública y reconocida, uno no puede escapar y se vuelve blanco de críticas arteras, de autosabotajes, de atentados de una sola víctima. Uno se vuelve su propio verdugo.

Por eso no me gusta equivocarme.

Por eso no me equivoco.

Por eso avanzo y atravieso la tormenta sin mojarme.

Por eso limpio la escena del crímen con mucho cuidado.

Por eso oculto en los cajones más escondidos de mi closet, todo aquello que no quiero que sepas pero que me hace feliz.

Por eso cada vez que puedo, hago las cosas dos veces.

Por eso me mantengo lejos de donde puedo potencialmente cagarla.

Por eso los trato con algodones.

Pero a pesar de todo. A pesar de mis esfuerzos. El error está ahí. Esperando. Acechando. Existiendo. A pesar de mi. A partir de mi.

lunes, 9 de noviembre de 2009

elemental

Va cargando 50 kilos de cemento mientras camina sobre un piso de hielo que cruje y se estremece a cada paso.

Avanza y suda enmedio del frío y los mosquitos de la nieve no lo dejan respirar bien y él resopla y siente la comezón en la nariz y no suelta por ningun motivo el bulto de cemento y se balancea algunas veces pero no lo suelta.

Cascaras de platano por doquier, las pisa y va rezando de que ninguna lo haga caer, de pronto...pone una rodilla en el suelo y descansa un momento y del esfuerzo, comienzan a rodar lágrimas que en un segundo se congelan y se rompen en microscopicos fragmentos de sal que caen y se pierden para siempre en el piso de hielo.

Bajo el piso de hielo hay animales de las nieves, tiburones blancos, estacas afiladas, agua venenosa y auditorias, cientos de auditorias y pagos atrasados, él lo sabe y se levanta y sigue caminando. Ve la orilla, la vé a ella, el final de su castigo y como una pesadilla, el piso comienza a resquebrajarse violentamente y el corre con las últimas fuerzas que tiene y algunas veces el agua fría toca sus tenis y siente levemente el filo de un colmillo, el aroma del veneno.

Arroja el bulto a la orilla y se desploma sobre la nieve. Su boca esta llena de hielo y sangre.
Se incorpora y al hacerlo, vé que sigue igual de solo que antes u aún más. Ni los 50 kilos de ella, ni los 50 kilos de cemento, ni nada. 

Solo el frío.

viernes, 6 de noviembre de 2009

volar

Amo los aeropuertos casi tanto como amo a las mujeres.

Tomando un té de hierbas, escuchando acentos, en el frío...Señor su equipaje.

Son mi amor de verano, otoño, invierno y primavera.

Pinches aeropuertos como me gustan

lunes, 2 de noviembre de 2009

ok

Morirse en pagos. 

Siento aún que no estoy listo para afrontar algunas cosas como la muerte, hay días, más bien noches, en las que despierto asustado y marco el teléfono de casa de mis padres sólo para escuchar y saber que están ahí, al menos la contestadora.

"Hola, estas llamando a la casa de la familia Torres, no estamos disponibles por el momento pero llama más tarde, saludos"

La muerte me intranquiliza, sobre todo la muerte ajena porque la propia pues, uno la toma natural, como debe de ser, pero la muerte de quienes quiero, de quienes son mis sonrisas y mis abrazos, mis ojos y mis manos, la muerte de ellos me pone en un estado de perpetuo nerviosismo que sólo acaba cuando me devuelven la llamada.

Hoy conduje a casa de mis padres mientras iba sufriendo un ataque de fiebre y angustia, de la nada mi lunes se transformo en malestar y dolor y no se como hice pero llegue.
No dije nada y me dejé caer sobre la cama del cuarto de mis padres, me intentaron despertar y no pudieron y yo con fiebre, recostado sin poder explicarles porque me sentía mal.

Pastillas y una almohada. 

Debo cambiar estos malos habitos familiares, las cosas no duran para siempre.