lunes, 7 de diciembre de 2009

de frío

Mi madre pasa por una rotonda que está en Ciudad Benito Juarez, un municipio neoleonés que colinda con Ciudad Guadalupe, lugar en donde he vivído la mayoría de los años de mi vida, todos los días casi a las 1230 del mediodía. Ella es directora de una escuela secundaria, la mejor directora del mundo. Es la mujer que amo, a ella y a mi hermana.

Pasa por ahí a esa hora, menos el viernes pasado. Dios que es grande y de quien he dudado muchas noches cuando me rompen el corazón o cuando mi estado de animo es una mierda, hizo que ella diera la salida temprano a los alumnos, el frío fue el motivo. 

Mi madre estaba en casa de mi familia a las 1230 del mediodía de ese viernes. Justo a la hora en la que en la rotonda de Ciudad Benito Juarez, en donde dicho sea de paso, está una estatua de este increíble ser humano, orgullosamente mexicano, empezó una masacre. Si, el norte es tierra caliente, de hombres rudos que traen camionetas y pistolas y se enfrenten sin temor a matar ni a morir contra aquellos que piensen diferente y que les limiten su capacidad de vender drogas, narcos pues.

16 muertos. 15 sicarios, 1 civil. Una señora llamada Sonia, casi de la edad de mi madre. La señora esperaba que cambiara el semaforo, iba a mcallen con sus hijos. Ya no llegó. Su hija cumplía 12 años ese día. Le regalaron una bala en la cabeza que la tiene en estado de coma. Lo último que la señora dijo fue, agachense, rezó y después ya no.

Pudo haber sido mi madre. Mi vida hubiera cambiado para siempre. A la hora en la cual la señora había dejado de existir, yo comía con mi familia y mi madre me miraba a los ojos y me daba besos en la cabeza para que se me quitara un dolor que traía producto del stress de la agencia. 

Leí hace poco en el blog de Marco Colín, genial publicista mexicano, un texto que decía "Pinches Mariguanos", en dicho texto, más que meterse con los criminales, se metía con el consumidor. Tiene toda la puta razón.

Es culpable para mí, el amigo buen pedo que fuma mota. El adulto joven que la fuma después de un día de trabajo. El huasteco atrapado en el pasado que la fuma por la nostalgia de aquellos tiempos en los que se le paraba y ahora no. La chica fresa buena onda que sale con el chico cool que fuma mota. Incluso yo. La he fumado. No mucho, no soy asiduo consumidor, creo la he probado tres veces, nunca la he comprado, nunca he dado un peso. No lo haré. Porque todos, en menor medida, matamos a Sonia y quizá, hubiera matado a mi madre de no ser porque hacía un frío del carajo y ella, tan buena, dió la salida.

Mi vida hubiera cambiado.
Mi vida cambió.


2 comentarios:

Sahib Anubis dijo...

dicho sea de paso, juarez era un hijo de puta... y soy oaxaqueño, se de lo que hablo. Pero bueno... de los males el menor, no es fácil diagnosticar bien el origen de los males sociales, pero si es fácil decir es tu culpa, quiza debiamos aprender a usar mejor el cerebro, no siempre hay que estar de acuerdo, y hoy no lo estoy contigo... saludos.

elihú dijo...
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