Y pensé cerrar este blog. Malinterpretado. Egoista. Egocéntrico. Lleno de errores de ortografía.
Este blog que me ha servido de válvula de escape. De confesionario. De amigo. De diario de mis momentos más tristes y alegres. Pensé cerrarlo pero no lo haré.
Porque sería cerrarme a mi mismo. A mi posibilidad de decirle a todos como me siento, como me ilusiono, como recuerdo y juego con las letras y los días que pasan, como soy y como no soy también.
Y creo que decirle adiós a una parte de mi sería contraproducente. Sólo pido a quienes lo leen algunas veces, que no todo aquí es cierto, que no todo aquí me ha pasado, que no todo aquí pasará. Pero que muchas cosas sí, porque escribo de lo que conozco, de lo que siento, de lo que vivo.
Este blog seguirá abierto. Ese es el especial navideño. Los que se sientan felices por ello se los agradezco, los que no también, porque aunque no coincida, respeto.
La nieve no cae en mi ciudad hoy. Este ejercicio literario de dudosa calidad, tampoco.
Felices fiestas.
1 comentario:
Jamás debes de cerrarlo y jamás debes de justificar por escribir lo que escribas. Te quiero Valiente.
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