Tiene casi un año que no sabemos nada uno del otro más que ocasionales mensajes que nos dejamos en puntos aleatorios de la ciudad, señales que ningun otro mortal puede adivinar que dicen historias completas en pequeñas figuras u hojas tiradas, aún recuerdo cuando dejaste tu nombre escrito en la pared de la huasteca y yo lo ví y me reí de tu ocurrencia.
Anoche un niño saco la mano por la ventana del coche de sus padres, volteo a verme y con sus dedos formo una pistola, el niño me apuntó y disparó...no vi expresión en su rostro, no vi travesura, no vi nada, sólo vi la muerte en una bala imaginaria que me acabo lo que me quedaba de imaginario corazón.
El fantasma de las navidades pasadas vino en febrero y me pidió que le perdonara el retraso, le dije que nos veiamos en diciembre, no le quedó más que tomar sus cosas e irse.
El calor ya entró por mi ventana y las aspas del abanico no lo espantan. Usaré el frío de los recuerdos a ver si sirven para algo.
Que descanses.